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Mostrando entradas de julio, 2018

"En el webcam tuve mi primer orgasmo"

  -¿Cómo cambió tu vida sexual después de este trabajo? -En el webcam tuve mi primer orgasmo... (Risas)   -¿Y nunca habías sentido uno? -Pensé que sí. Esto me hizo redescubrir  mi sexualidad. El placer se presentó ante Katherine Castro Valencia como una cascada que empapó su entrepierna.  La colombiana tenía 21 años, dos exnovios a cuestas, cuatro años de mantener relaciones sexuales y jamás había tenido un orgasmo. Pero no lo sabía.  El clímax la dejó sin aliento durante su primer día de trabajo como modelo webcam. No lo niega, temblaba de miedo por tener que quitarse la ropa y tocarse con lascivia delante de la cámara, conectada a una página web de contenido para adultos. Pero se dejó llevar.  Uno de los tantos usuarios que miraba la desnudez de su piel blanca a través de la pantalla pagó para llevarla a un chat privado. Le pidió que usara el hitachi, un juguete sexual con vibración que estimula sus partes íntimas. Eso fue todo. "Yo nunca había sentido eso", dijo,

Mujeres desafiaron a un mar de estereotipos

El día en que Mery Alcívar decidió adentrarse en el océano sobre la embarcación pesquera de su esposo, los chismes entre los demás pescadores de su natal Crucita, retumbaron en sus oídos como el bramido de las olas reventando en la playa. La acusaron de todo. Que su deseo de ser pescadora no era más que un disfraz para sus celos y estar pegada al marido, o que una mujer no podía meterse en cosas de hombres. Esto último le revolvía más el estómago que las mareas altas que la estrenaron en el arte de la pesca hace 12 años. “Si el mar no está viendo quién entra”, chirría su voz aguda atravesando la sonrisa desdentada, que le da un aspecto aún más frágil a sus 1,42 metros de estatura. Apariencias, de frágil solo tiene el pelo canoso. Sus manos pobladas de callos, por la fricción de las sogas, levantan redes repletas de langostinos y pámpanos, “hasta cuando hay corrientes”, aclara orgullosa. Antes de aceptar la propuesta de su amado Francisco Tuárez de convertirse en su compañera de

""¡Yo te lo quería devolver vivo y no pude!"

Tuvo que pasar una hora para que Elvia Villacís detuviera su llanto desgarrador. Había cumplido con la promesa que hizo, pero con el más amargo sabor de boca: trajo de vuelta a casa a su ñaño Óscar, pero dentro de un ataúd. El reloj marcaba las 15:00 en punto del viernes 6 de julio de 2018, cuando la pesadilla se volvió realidad.  Los familiares del joven que fue secuestrado y asesinado junto a su novia Katty Velasco el pasado 11 de abril de 2018 por disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se chocaron de frente con su féretro, envuelto en plástico, que ingresaba sobre los hombros de seis policías.  Los gritos de Elvia, fundida en un abrazo con su papá, eran una punzada de dolor que quebraba a los presentes. "¡Yo te lo quería devolver vivo y no pude!", lloraba. Si aún existía un halo de esperanza en aquella casa de Santo Domingo de los Tsáchilas, de volver a escuchar los chistes y bromas de Óscar, aquella imagen las pulverizó.  Durante una

Pablo Escobar: una ‘atracción’ prohibida

Seca el sudor que recorre su frente morena con las mangas de su camiseta. La transpiración corre profusa más por el temor de confesar que trabajó para Pablo Escobar Gaviria, que por el bochorno que incendia la localidad de Doradal, del municipio colombiano de Puerto Triunfo.  La grabadora se enciende y sus manos tiemblan. Desde que Roberto se enteró del verdadero oficio de su patrón, no habla con nadie extraño de su época como mesero de la hacienda Nápoles, ubicada en ese caluroso valle del río Magdalena en el centro de Colombia, a tres horas de Medellín, en Antioquia.  Del narcotraficante más grande de la historia, como jefe, solo tiene cosas buenas para decir, pero siempre ha preferido guardarlas porque, a pesar de que han pasado 25 años de su muerte, aún siente pánico de su ‘otra cara’ y su legado de sangre, asesinatos, dolor y venganza.  Tenía 18 años y un cuñado, que laboraba en la finca del capo de la cocaína, lo recomendó para el empleo. Siempre creyó que aquel hombre me

La fue a buscar y ahora están juntas

No sabe cómo explicarlo, pero Martina Coni está segura de que su hermana María José, brutalmente asesinada en Montañita en 2016, apareció en la misma habitación donde la vida de su mamá se apagaba.  El cáncer de pulmón no tuvo piedad con Gladys Steffani y le inyectaba poderosas descargas de dolor, que la hacían gritar. Pero tres días antes de su muerte, este se difuminó y le advirtió a Martina que había alguien al lado suyo y pedía que se callara.  Extrañada, la joven de 18 años dejó a un lado la cuchara con la que le estaba dando gelatina y miró a su costado de reojo, para confirmar lo que ya sabía, que no había nadie más en ese cuarto que ellas dos. -"Sí, está la Josè al lado tuyo".  Aunque Martina había llorado incontables veces sobre la tumba de su hermana María José Coni, golpeada hasta la muerte junto a su mejor amiga Marina Menegazzo, no dudó un solo segundo de las palabras de su mamá. Está convencida de que aquel día, luego de dos años de su muerte, María José

La fiesta aún no se enciende

Las luces multicolores recorren las mesas y paredes de madera del Blue Moon. Tres lámparas: verde, roja y azul, lanzan los rayos tenues en el fondo del  bar y se mueven al ritmo del reguetón que retumba en los altoparlantes y se escucha hasta la avenida principal de Bahía de Caráquez.  El trago está listo y el muchacho que vocifera en la entrada  promete el mejor ambiente y diversión para una farra, pero hay un problema: no hay clientes, y aquel jueves 5 de abril no los hubo en toda la noche. Pero no importa. María Belén Jayak tiene una ley que no rompe: "tenemos que abrir así no vendas nada". Y no hay día en que las puertas de su local se cierren, más por amor a aquella parroquia del cantón Sucre, que por dinero.  A dos años del terremoto que arrasó con la infraestructura hotelera de este balneario, la vida nocturna, a falta de turistas y por la migración de sus habitantes, es una fiesta que está apagada. Antes del 16 de abril de 2016, cuando el sismo de 7,8 grados en

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