La casa grisácea se pierde entre la vegetación de la parroquia rural del cantón Atahualpa. Esas paredes de bloques encerraron durante años un supuesto caso de incesto que horrorizó a aquel pueblo de El Oro. El rumor de que Roberto (nombre ficticio), de 56 años, mantenía relaciones sexuales con sus hijas —desde que eran menores de edad— y quedaron embarazadas de él, empezó hace más de 10 años. Sin embargo, no fue sino hasta el pasado 8 de julio de 2018, cuando un grupo de policías lo interceptó en el patio de esa vivienda, que él habría confesado que, además, presuntamente hizo lo mismo con una de sus nietas de 14 años —que tuvo con una de sus hijas—, hacía casi un año. Ella también quedó encinta. Si una profesora no se hubiera dado cuenta de que todo esto ocurría, y no lo hubiera denunciado, él continuaría viviendo en aquella casa, junto a su esposa, hijos, los cinco hijos-nietos que al parecer tuvo con sus parientes y su bisnieto-hijo. “La familia se quedaba callada, no ...
sudor, lágrimas, saliva y sangre.