Se miraba en el espejo hipnotizada. No podía creer que aquellos pechos hinchados y caderas redondeadas fueran suyos. Lo mejor era el brillo que irradiaban sus ojos negros. “¡Qué sexy!”, pensaba incrédula. Cuatro meses antes, Karina Monroy se enteró de que estaba embarazada por primera vez. Tenía 25 años y 10 meses de casada. Su vida con Andrés era una luna de miel constante, en la que ambos no perdían la oportunidad de amarse. Lo hacían donde fuera, cuando fuera... Su esposo es el amor de su vida y su mejor amante. Por eso, cuando la prueba de embarazo dio positiva, junto a la inmensa alegría de convertirse en madre, iba adherido el miedo de que sus ardientes encuentros se enfriaran. A Karina, la idea la atormentó hasta que acudieron al médico. “Yo fui con ese miedo, pero también con cero vergüenza. Le tenía que preguntar a mi doctor si podía estar con mi esposo. No podía imaginar nueve meses sin él”, confiesa la locutora de radio Punto Rojo, con una sonrisa traviesa, a la que ...
sudor, lágrimas, saliva y sangre.