Este tatuaje es la mariposa de mi banda favorita Coldplay |
Ese zumbido es una inyección de altas dosis de esta hormona, que sólo pueden sentirlas quienes alguna vez se han hecho un tatuaje.
"Siéntese y no se mueva", me dice "El Demonio". Este joven de 23 años, y de seudónimo bíblico, es quien se encargará de marcarme la piel de por vida. Es mi segundo tatuaje, estará en mi nuca y es el símbolo de una mariposa. Cuando me hice el primero pasó igual, esa sensación que recorre todo el cuerpo. Aquel 25 de enero me grabé una "M", en mi muñeca derecha. Inicial de Mercedes, el nombre de mi mamá.
Hacerse un tatuaje, al menos para mí, es una decisión definitiva, varias circunstancias que ocurren en el camino de la vida te llevan a sentarte en el diván de un tatuador.
"El demonio" se sentó atrás mío, tomó mi extensa cabellera y me pidió que la recoja.Otra vez activó el zumbido de la máquina y yo respiré hondo. Más que por el dolor que provoca esa aguja cuando se clava en la piel, es por la idea de llevar aquel símbolo el resto de mi vida.Pocas cosas duran para siempre.Junto a mí estaba sentado "Damián", de rostro duro, pero amable.
Minutos antes, mi artista dibujó la silueta de una lagartija en su brazo. Él necesita varias sesiones para terminar su tatuaje, que tiene el objetivo de cubrir una cicatriz que se hizo cuando trabajaba en una tornería.
Le pregunté por qué eligió ese diseño y respondió: "Otros cuestan más, pero yo soy chiro".Con el ceño fruncido y mordiendo levemente su labio, giró la cabeza para mirarme, como adivinando lo que estaba pensando. "El dolor es parte de la vida, sin él no creces". Y me calló.
Imagino que esa sensación se incrementa si la agujita se clava sobre una cicatriz.Yo ya estaba lista. "El Demonio" hacía su arte sobre mi nuca. Se dedica a esta actividad desde los 13 años.Como para tranquilizarme mientras me tatuaba, me contaba que ya no le sorprendían los distintos mensajes, dibujos, códigos o letras que la gente se graba."Una vez llegó una afro a pedirme que le tatúe un pene en una de sus nalgas. Pensé que era broma", río y me regañó por hacer lo mismo. No debía moverme.
A un par de metros, "Mauricio", de 40 años, con lupa en mano, dibujaba un tatuaje para un amigo. Mismo que le tomaría tres horas."Tattoo", como lo conocen sus amigos, lleva 11 años en el mundo del tatuado, y se aprendió este arte "en la calle", luego tomó cursos de dibujo y de tatuajes.Según "Mauricio", no puede estar un día sin tatuar, se enferma."Hacer tatuajes es una pasión, si no tienes pasión no puedes dedicarte a esto. Vas a marcar la vida de alguien para siempre", dice.Empezó a hacer su trabajo en el brazo de mi amigo, luego de dos horas su esposa "Sary" lo relevó.
Era la primera vez que yo veía a una mujer tatuar, sobre todo a una tan joven."Sary" tiene 19 años y tiene tres años de experiencia.Para serles sincera, la juzgue mal. Con trazos casi perfectos terminó rapidísimo el dibujo.Cuenta que tiene problemas con el hecho de ser mujer. Muchos de los clientes que llegan al lugar de tatuajes, ubicado en el centro de Portoviejo, en Manabí, prefieren que sea su esposo el que los tatúe."Hay otros que son más amables y me dicen que sería un orgullo que yo les haga sus diseños", detalla.
En el Ecuador, esta forma de arte adquiere más adeptos, y aún hay personas que lo rechazan, como en todo el mundo.National Geographic News afirmó en abril de 2000 que el 15% de los estadounidenses estaban tatuados. Eso nos da una cifra millonaria (aproximadamente 40 millones de personas).
Y a pesar de que a finales del siglo XIX y principios del XX los tatuajes estaban de moda entre la aristocracia europea, actualmente es asequible a casi todas las personas del mundo."Mauricio" dijo que a su local, la mayoría de personas que adquieren un tatuaje es de algún símbolo religioso, otros muy populares son los nombres, las iniciales (como mi primer tatuaje), y el símbolo del infinito.
Mis tatuajes son muy pequeños, pero guardan pasiones muy grandes. Estoy lejos de parecerme a Lucky Diamond Rich (el hombre más tatuado del mundo), pero el tatuaje es un arte que me apasiona, me intriga. Cada una de estas representaciones tiene su historia, su objetivo, son un compromiso que alguien tatuado adquiere de por vida.
Gelitza
Una vivencia bastante interesante! Felicidades por poseer el caracter necesario para poder adoptar decisiones definitivas en tu vida.
ResponderEliminarGracias Cristopher. Saludos.
EliminarMi Gela, tienes razón, un tatuaje es una decisión importante y definitiva que aumenta la adrenalina que recorre tu cuerpo desde que ves la aguja, la máquina y el dibujo transferido a tu piel para empezar a tatuar..... "Es un dolor rico" a decir eso me limité. (con cara de depravada masoquista disfrutando del dolor)...
ResponderEliminar"El demonio" hizo un excelente trabajo....