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Un último día de paz y un beso apasionado


Era instantáneo. Si se movía un poco, sentía cómo sus dedos se le clavaban en la piel y escuchaba un débil “no te vayas”, que  le hacía tragar grueso y le complicaba más la dura tarea de no llorar.
Tan pronto como asomaba una lágrima en el rabillo de su ojo, Jairo Berbel apuraba su mano para secarla. No había algo que molestara más a su novia Yulexi Chévez que verlo triste.
Eran las 23:00 del miércoles 3 de septiembre del 2014 y ella sabía que el cáncer, que se había alojado ya en sus pulmones, le estaba regalando unas horas más para cumplir el sueño de quedarse dormida en los brazos del amor de su vida.
“Ella siempre quiso que viéramos una película y durmiéramos juntos. Por eso le pidió a la mamá que le dejara hacerlo esa noche”, recuerda Jairo, quien se acostó en su cama y acurrucó a su 'pecosa de ojos verdes' en su regazo.
Durante dos horas, aquella habitación se llenó de paz y el silencio solo se interrumpía por la respiración entrecortada de la virreina de Buena Fe, a través del generador de oxígeno que ayudaba a sus órganos cansados.
La enfermedad fue cruel con su delgado cuerpo de 17 años. No solo le arrebató su pierna izquierda a los 14, sino que dos años después se había regado en sus pulmones hasta dejarlos inservibles.
La tregua del cáncer duró poco. Diesciocho horas después, y a más de 80 kilómetros de distancia de su tierra, un paro cardiorespiratorio cerró para siempre los hermosos ojos verdes de Yulexi, el 4 de septiembre en una clínica privada de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Las habitación beige en la que la adolescente dejó escapar su último aliento, también albergó uno de los momentos más especiales para Jairo.
Yulexi hizo un gesto con su boca, “algo así como un beso volado. Con eso me pidió que me acerque”, evoca Jairo, quien acercó su rostro al de ella y lo sorprendió con un beso tan apasionado, que no parecía provenir de unos labios que agonizaban, que habían perdido su color rojizo,  a pesar de que estaban inyectados de amor.
Sabía que era el último, de tantos que recibió en ocho meses de noviazgo y eso le laceraba el alma. Dentro suyo, un cóctel de emociones estalló. La más profunda tristeza se mezclaba con la intensidad del amor. Aunque era una despedida, Jairo no lo recuerda con tristeza.
Desde el 8 de agosto de ese año, cuando ella misma le confesó que solo le quedaban pocos días en este mundo, le aterraba que llegara aquel adiós, porque lo último que pensó fue que iba a ser tan mágico.
“Desde que la conocí, ella irradiaba y regalaba felicidad. Así fue hasta el último día y así ella quería que la recordaran para siempre”, dice el periodista que llegó al país en septiembre del 2013, en busca de una historia qué contar y terminó siendo uno de los protagonistas.
Minutos después de que separó sus labios de los de ella, su cuerpo cayó rendido luego de una larga batalla contra una enfermedad que no la dejó en paz desde que era una niña que soñaba con ser bailarina de ballet. Una aterradora pesadilla que le quitó su pierna izquierda, pero jamás le borró la sonrisa que marcaba dos hoyitos en sus mejillas abultadas.
La noticia del fallecimiento de la ‘Reina de corazones’, como conocían a la adolescente, por su lucha contra el cáncer y su habilidad de ‘encantar’ con su sonrisa a quienes la conocían, llenó de lágrimas y de ecos lastimeros cada rincón de Buena Fe.
La muerte. Ese fantasma contra el que lucharon tanto era el protagonista de aquel terrible 4 de septiembre, mientras en la cabeza de Jairo, retumbaba la voz dulce y nasal de la mujer que ya no brincaba y bailaba con su pierna ortopédica, sino que yacía fría en un ataúd.
“Tus letras logran describir mi esencia. Tus letras logran describir mi esencia...” se repetían sin fin. Esas palabras que alguna vez le dijo ‘Yuli’, le cambiaron el dolor por inspiración y le pusieron en sus manos la herramienta para conseguir lo que siempre quiso desde que la conoció. Hacer que viva para siempre.
Y aunque el español vio cómo el cofre, que contenía su más grande tesoro, ingresaba a una oscura bóveda en el cementerio de Buena Fe, un año y medio después, sus letras están a punto de inmortalizar la mirada verdosa, el rostro salpicado de pecas, la interminable sonrisa y las irrenunciables ganas de vivir de la mujer que amó desde que la vio por primera vez.
“Ella decía que yo la describía de una manera real, que con mi escritura conseguía sacar su esencia”, recuerda el periodista que fue así cómo decidió que depositaría en un libro, todo el amor por la vida que su Yuli tenía.
Ya puso el punto final a ‘Siempre, la leyenda de la pecosa de ojos verdes’, una novela que empezó a escribir desde la muerte de la ‘Reina de Corazones’, y su lucha contra esta terrible enfermedad.
Para esta jovencita, que cuyo más grande sueño era convertirse en bailarina de ballet, perder su extremidad pudo convertirse en su más grande desdicha. Pero no fue el caso de Yulexi, que lucía estoica la prótesis de metal que reemplazó a su carne y huesos, como una ‘marca de guerra’.
Más de 300 páginas recogen detalles de la vida de la ‘Reina de Corazones’ que aún hacen brillar los ojos de Jairo, como el día de su primera cita. La vio volver a ser una niña tras el primer sorbo de chocolate caliente, luego de más de dos años de no sentir ese sabor dulzón en la lengua, porque la quimioterapia no la dejaba.
En cientos de palabras describe el explosivo carácter de la mujer que se enojó con él durante dos días, por haber estallado en llanto cuando se enteró que estaba desahuciada.
Aunque reconoce que más un millar de caracteres no podrán precisar el sosiego de una reina, que no le temía a la muerte, porque sabía que su eterna sonrisa e insaciable amor por lo esencial, la harían vivir para siempre.


Gelitza

Vivió un año con la  familia de Yulexi
Para escribir la novela, Jairo se mudó durante un año a la casa de la familia de Yulexi. Sonia Vélez, mamá de la virreina, comentó que no solo siente alegría de que la historia de su niña esté plasmada en un libro, sino que apoyaron al novio de su hija para que aquel trabajo llegue a su fin.
Detalló, al igual que Jairo, que las ganancias que se generen por al venta de ejemplares servirán para costear más ediciones y parte de lo recaudado se destinará para fines benéficos, como era el deseo de Yuli y está documentado en cartas que ella dejó.
Si desean tener más información sobre el libro pueden ingresar al link www.lanoveladeyulexi.wix.com/siempre. 

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