¿A quién no le gusta tener zapatos nuevos?
Hay personas que los compran cada semana, otras que ahorran por mucho tiempo para adquirir un par, y unas cuantas los lanzan a los cables de energía.
Sí, los avientan al tendido eléctrico porque "dicen por ahí" que quien lo hace, al poco tiempo recibe calzado nuevecito.
En la cooperativa Los Unificados de Santo Domingo de los Tsáchilas, José Quiguiri levanta la mirada y se ríe.
Observa los pares que están colados sobre un cable de luz y relata que esos zapatos los pusieron allí "unos pelados", que creen que pronto por arte de magia tendrán zapatos nuevos.
"De ley van a tener zapatos nuevos porque lanzaron el único par que tenían", bromea.
Pero ir por varios sectores de la ciudad y encontrarse con esta "decoración" en el alambrado eléctrico, podría tener un significado más profundo, que el de varios muchachos deseando lucir calzado de paquete en sus pies.
Lucila tiene la respuesta.
Frente al negocio que posee en la urbanización Los Rosales hay tres pares de zapatos colgados en los cables de energía. Su aspecto mohoso y renegrido denota que han estado allí por mucho tiempo.
"Dicen que esos zapatos servían como anuncio de que en este lugar vendían droga", comenta la mujer, quien tiene once años viviendo en el lugar.
Recuerda que hace ocho años, un grupo dominaba la zona. Era una banda que presuntamente se dedicaba al expendio de droga, pero ahora sus miembros están tras las rejas.
Y según lo que ha oído la mujer, en los sectores donde hay zapatos colgados en los cables, se vende droga.
Sobre este mito, Diego Pozo, jefe de la Policía Antinarcóticos de Santo Domingo, dice que a pesar que sí lo ha oído, nunca se ha topado con algún caso en el que hayan decomisado droga en lugares donde existen zapatos colgados en los cables.
Nadie sabe a ciencia cierta el origen de este "arte", pero si usa Internet y en el buscador coloca la palabra "shoefiti", tal vez encuentre más información sobre las zapaterías colgantes.
Con ese término se conoce a nivel mundial el colgar el calzado en varios lugares.
"Se dice que se lanzan para marcar territorios de pandilleros, para marcar puntos de venta de droga, recordar víctimas de asesinatos o tiroteos policiales, señalar una vivienda objeto de robo o con pertenencias de valor, recordar momentos deportivos gloriosos en alguna instalación de la zona, una forma de celebrar el fin de un curso académico, bodas o incluso para comunicar a todo el barrio de la pérdida de la virginidad", detalla un blog.
La única verdad en torno a este tema la tiene la Corporación Nacional de Electricidad de Santo Domingo, (Cnel).
La institución informó que colgar zapatos en los cables de energía podría llegar hasta dejar "sin luz" a todo un barrio.
Así ocurrió en septiembre pasado, cuando se reportó la suspensión del servicio eléctrico por dicho motivo en la Santa Martha, sector dos.
Se investigó en el lugar cuál habría sido la causa, y se determinó que dos menores de edad habían lanzado zapatos al cableado.
Gelitza
Esta crónica fue publicada el 28 de diciembre del 2013 en Diario Centro de Santo Domingo de los Tsáchilas
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