Ir al contenido principal

Se apuró para desfilar por amor a su hija


Las gafas cafés que usaba Cecilia Parra para protegerse de un sol acolitador no ocultaban su emoción. Sus manos agitaban con fuerza una bandera multicolor de unos cinco metros, mientras caminaba pausada por la avenida Malecón, en Guayaquil. 

No es lesbiana o bisexual, pero se desgañitaba gritando: “¡Viva el Orgullo Glbti!” y, de hecho, era la primera vez que participaba en el desfile que realiza la comunidad de Gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales en Guayaquil, por el Día del Orgullo, que a nivel mundial se celebra cada 28 de junio a escala internacional

Sin embargo, desde hace 11 años, conoce y ama el mundo de la diversidad sexual, desde que su hija Jennifer Aguiño le confesó que le gustaban las mujeres y le llevó a presentar a su novia Jazmín.

“Ella es mi mamá”, decía orgullosa Jennifer, quien era parte del grupo que desfiló por la Red Guayas Lgbti , organización conformada por varios colectivos que defienden la igualdad. La joven, de 29 años, recuerda que tenía 18 cuando, temblando, se acercó donde Cecilia y le dijo que era lesbiana.

“En ese momento me dolió bastante, me puse a llorar con ella. Yo la amo tal como es”, recordó Cecilia, de 48 años. El tiempo y el amor hicieron lo suyo. El día del desfile se desesperó por terminar rápido su trabajo y corrió a la avenida Malecón y Olmedo, donde se concentraron más de 20 organizaciones, muchas de ellas con sus carros alegóricos para desfilar.

Lidia Burbano, vocera de la Red, explicó que al igual que Cecilia, hay cientos de personas heterosexuales que año a año se suman a este desfile representativo, que se realiza en todo el mundo, para apoyar los derechos de amigos, parientes o conocidos de la comunidad Glbti.

Recordó que la primera vez que se dio un desfile por la igualdad fue en 2008 por la avenida Francisco de Orellana. Detalló que este año, más de 4.000 personas desfilaron solo por la Red, que la integran varias organizaciones, entre ellas Mujer y mujer, Alianza igualitaria, Diverso Ecuador, Plan diversidad, entre otras.

UN AMOR MULTICOLOR

En medio de las camisetas moradas que representaban al movimiento Todo mejora Ecuador resaltaba el traje multicolor de Nebraska Ruilova. 

Cientos de globos polícromos adornaban el vestido que elaboró sin descanso durante tres días. Ella lo diseñó y usó en el desfile. “Los globos representan la diversidad que hay en el mundo y que debe ser respetada”, explicó mientras varios espectadores se metían en la marcha para tomarse fotos con ella.

El traje de Nebraska hacía juego con las decenas de banderas irisadas que ondeaban a lo largo de la avenida y que representan a la comunidad y que llevaban impresa en el pecho de su camiseta Christian Cevallos y Leonardo Ruiz, pero en forma de un corazón.

Un beso de ellos encendió los gritos de júbilo y muchos siguieron su ejemplo de no ocultar su amor y sentirse orgullosos de lo que son, igual que Jennifer y Jazmín, que este 28 de septiembre cumplirán oficialmente 11 años de novias, y también lo celebrarán a lo grande.

Gelitza Robles

Esta crónica fue publicada el 28 de junio del 2015 en Diario EXTRA de Ecuador,   por el Día Internacional del Orgullo Glbti. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La vejez trans huele a soledad

Una sonrisa amplia  acentúa aún más los surcos que la vejez han tallado en su rostro cuando revela que tiene 67 años. Es transgénero femenina y, al haber alcanzado esa cifra, puede considerarse una superviviente. La edad de Claudia, cuyo nombre de nacimiento y con el que se enfrenta al mundo es Ismael Yagual, duplica a la del promedio de vida de las mujeres trans en Latinoamérica, que no supera los 35 años. La pena marchita su rostro masculino, en el que extiende el maquillaje con menos frecuencia que antes. Con cada paso que da hacia la vejez, deja atrás a la mujer que desde hace algunos años aparece solo en el desfile del Orgullo Gay o la que fantasea en la soledad de su hogar, usando atrevidos baby dolls que dejan entrever a su piel ajada. Fuera de la puerta de su casa, en la que tintinean las campanillas de un atrapasueños cada que alguien entra o sale, es  Ismael. Su apariencia masculina le ha servido para combatir el dolor de la discriminación. Las cifras que la Comisió

Otro Guayaquil que 'sabe' a bohemia

Decir Guayaquil es prohibido. Es revivir los besos escondidos, el sexo a cambio de dinero, las borracheras e incluso los crímenes que escondía el humo del cigarrillo de un ambiente que se vivió en el centro de Medellín hace más o menos 30 años. A más de 1.500 kilómetros del   puerto principal ecuatoriano, en la capital de Antioquia de Colombia, también hay otro Guayaquil, uno más chiquito, que comprende de siete cuadras de comercio puro, pero al que nadie llama por el nombre de la Perla del Pacífico, sino que la mayoría conoce como El hueco. La transformación de la zona no solo se limita a su nombre. Más de 50 centros comerciales, incontables almacenes donde se oferta a gritos desde una aguja hasta artículos electrónicos, y miles de personas que se multiplican entre las delgadas veredas abarrotadas de vendedores ambulantes, reemplazaron a los bares, casas de citas, burdeles, residenciales, licoreras y cantinas que formaban al barrio Guayaquil ‘paisa’ en el centro de tolerancia má

Ser estríper, su regalo de 18 años

Los dedos fríos y temblorosos de Kathalina Marín se escurrían sobre el tubo de un cabaré del norte de Guayaquil, igual al sudor que chorreaba sobre su piel blanca. Era 1 de agosto de 2015 y bailó como nunca antes. El erotismo brotaba de sus poros en cada contoneo, y las miradas hambrientas de deseo la devoraban. Su show apenas duró cinco minutos. Fue tiempo suficiente para encandilar con su belleza, no solo a los clientes del night club, sino a los propietarios que, sin pensarlo, la contrataron como bailarina erótica. Han pasado tres años y aún la ensordecen los aplausos y chiflidos de aquella presentación. Fue su primera vez, la que la dejó desnuda, con la tanga repleta de billetes y con el corazón acelerado de felicidad. Ese día cumplía 18 años. No quería fiesta, pastel, salidas, nada. Lo único que necesitaba era acudir a ese burdel. Allí mismo, donde meses antes la echaron cuando fue a pedir trabajo, porque era una adolescente. Ahora era diferente. Al fin tenía la mayoría

Translate